sábado, 2 de mayo de 2020

El personal directivo público y las competencias de liderazgo ante la crisis


Publico esta entrada intentando hilar el punto en el que vamos en la materia de Dirección Pública (competencias del personal directivo relacionadas con el liderazgo) con el momento actual de crisis pública inusitada por la incidencia del COVID-19.
De entrada cabe recordar, como venimos haciendo durante todo el curso, que el personal directivo público tiene una vis de “directiv@-gestor” pero necesariamente tiene o debería, tener muy desarrollada su “vis de directiv@-líder”. Ojo que no hablamos de polític@s sino de personal directivo público.
La teoría del liderazgo tiene numerosos enfoques: por rasgos o carisma, por estilos, por el contexto o incluso nuevos ángulos que se diseñan sobre la importancia de las emociones y la comunicación.
De esta manera, y si bien no se puede hablar de un directivo-líder válido en todo contexto y situación, si que la investigación al respecto nos ha dejado algunas consideraciones que han de tenerse en cuenta si se quiere fomentar una dirección pública con liderazgo.
En primer lugar, en contra de lo que suele predominar en la ciudadanía, lo más importante de un directivo no son sus capacidades cognitivas, esto es, frente a la sobrevaloración de lo que domina en un ámbito técnico un directivo-líder, lo importante –y cada vez más destacado según los estudios–, son esas otras competencias o capacidades relacionadas con el liderazgo o la comunicación por ejemplo, en detrimento de las competencias cognitivas (dominio de la materia, la técnica o la legislación, entre otras).
¿Cuales son por tanto estas competencias relacionadas con el liderazgo que se le exige cada vez más al personal directivo? Pues entre ellas, sin ánimo de exhaustividad, estarían:
  • -          Compromiso y fuertes convicciones con la visión proyectada
  • -          Persuasión y capacidad de negociación, mediación (gestión del conflicto)
  • -          Visión (capacidad para proyectar hacia donde se dirige la organización o el departamento)
  • -          Capacidad para motivar e inspirar a otros
  • -          Mantenimiento de un buen clima laboral
  • -          Capacidad de adaptación al cambio
  • -      Saber rodearse de los mejores aun cuando sean mejor que uno mismo
  • -          Comunicación efectiva y asertividad (sensibilidad con el ambiente)
  • -          Soportar umbrales altos y continuos de stress
  • -          Madurez emocional
  • -          Autoconfianza pero capacidad para escuchar y para ser contradicho

Estas competencias serían necesariamente compatibles, con aquellas otras relacionadas con las capacidades cognitivas así como habilidades o destrezas. Por citar algunas: conocimiento del sector y las normas e instituciones principales, planificación, organización, orden, coherencia, estabilidad o capacidad para priorizar y asignar correctamente los recursos.
En definitiva no necesitamos un supertécnico sin capacidades de liderazgo, pero tampoco un mesías con nulas competencias de dominio sobre el medio en el que ha de dirigir. En los últimos tiempos, la crisis está trayendo a colación que la combinación en los equipos de los ámbitos técnicos y del liderazgo y la comunicación ha de ser la combinación idónea, y ello a pesar de que los malos resultados estarán igualmente al acecho al ser tantas las incertidumbres a las que nos enfrentamos.

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